Hay una foto en el rectorado del profesorado Joaquín V. González que muestra a casi un centenar de profesores sentados al estilo del retrato fotográfico grupal que hacían algunas casas de fotos en aquella época de trajes y tapados, zapatitos y gorritos coquetos. Es una de las pocas que atesora la institución y no está claro desde cuándo está allí. Sí se conserva el dato del año de su producción: 1940. Un documento que puede consultarse en el sitio web de la institución y que es la única fotografía en la que aparece el plantel docente entero (o casi) del profesorado.
La fotografía tiene en su reverso anotado minuciosamente el nombre de cada profesora o profesor y su ubicación en la foto (aunque quedan dudas de su exactitud). En el borde inferior derecho dice “Foto Antelo, Córdoba 1891” y en el inferior izquierdo dice “Instituto Nacional del Profesorado Secundario”. Buscando en internet encontramos otras fotografías similares de la misma casa “Antelo”: en ese caso son militares los que se sientan en tres filas y lucen aplomo.
La foto importa porque hablamos de un profesorado que constantemente apela a su historia para legitimarse. Así y todo, las mudanzas del profesorado y un insólito descuido por las imágenes producidas por la comunidad del instituto, explican la falta de imágenes y de información. Compensan eso, el trabajo de algunas personas que en base a los apellidos que figuran al dorso de esa foto reconstruyen las trayectorias de algunos profes y nos permiten así imaginar la trama de aquel momento en el que el profesorado estuvo a disposición del capricho fotográfico.
¿Fue habitual este tipo de fotografías en el Profesorado? Como ya adelantamos, no. En una primer consulta a entrevistades, jubilades y egresades de la institución, aparecen algunas otras fotografías de conjuntos de profesoras y profesores pero retratan el día de egreso. Probablemente responden a iniciativas privadas y no a una política de la institución o del ministerio. Queda entonces la pregunta del para qué de esta fotografía en la que aparece un inspector: “Sr. Inspector General Florencio D. Jaime: profesor de la sección Matemática.” ¿Quién pagó la foto? ¿Qué se le pidió al fotógrafo y para qué? Solo podemos imaginarlo (ayuda el gesto del inspector, que parece conciente de la posteridad y de la respetabilidad del profesorado, pero estas son puras especulaciones).
¿Abundan las imágenes del Profesorado? Tampoco. Está por delante un trabajo de rastreo y catalogación. Por el momento las primeras imágenes que hay del Profesorado responden a la iniciativa de su primer rector, Keiper, que al cumplirse 10 años realiza un balance de lo hecho por la nueva institución, creada para abordar un campo de la educación inexplorado hasta entonces: la formación de profesores para la escuela secundaria. En el libro “El Instituto Nacional del Profesorado Secundario”, de 1914, aparecen media docena de fotografías de aquel profesorado que no llegaba a los 300 estudiantes por entonces. Las fotografías muestran una intención de retratar la dimensión práctica del profesorado porque como reza una especie de proverbio institucional “no basta que éste sepa todo lo que debe enseñar ni más de lo que debe enseñar, sino que es necesario que sepa cómo debe enseñar”.

La foto como fuente documental
Volviendo a 1940, la cronología nos ubica en un Profesorado con muchas sedes que se repartían alrededor de la sede principal en Valentin Gomez al 2500. No podemos determinar a partir de la foto en qué espacio fue tomada. Hablamos en esos años de un profesorado al que asistían alrededor de unas 900 personas y una foto que retrata a casi un centenar de profesoras y profesores. Podemos ver, cruzando los nombres señalados en el reverso con los rostros, a algunos personajes notables como el profesor Henriquez Ureña, tres profesores españoles en el exilio (Julio Rey Pastor, Amado Alonso y Francisco Romero), el filósofo Angel Vassallo -participante del recordado congreso de filosofía del 49- y varios otres (Rosenvasser, Barbagelata, entre otres importantes figuras del profesorado.
Si en la década del veinte la preocupación de las autoridades ministeriales era la feminización del profesorado, en el treinta fue la persecusión del comunismo. Esto repone contexto de una foto tomada a principios de la década en la que el integralismo católico coronaría su avance con el decreto de educación religiosa en las escuelas (y que en el Instituto significaría el nombramiento de J B Genta al frente del Profesorado y de la cátedra de “Política”, novedad instituida por el gobierno juniano).
La foto como lenguaje para transmitir la historia
Como dijimos, esta fotografía se da en plena década infame. Dos años antes, cuentan algunas fuentes del profesorado, la denuncia de un estudiante a la policía por comunista dan la pauta del clima epocal. Siguiendo en el contexto, a principios de esa década se recibían en ese instituto Silvio y Risieri Frondizi.
No hay indicios en la foto que nos hagan pensar en esa información como dato contextual de la producción de la imagen, una vez más especulamos.
Testimonio de la historia y la historia misma, esta foto nos permite pensar en un profesorado tradicional, más bien elitista y tensado por las corrientes ideológicas de aquella década.
La politicidad de una foto
Aunque la puesta es clara, abundan los gestos y los detalles si se repasa cada uno de los rostros y las posiciones de aquellas mujeres y hombres. Se hace imaginable el momento de montar la escena y ubicar a los profesores. El bullicio y el escepticismo probable de la mayoría de las y los profes de la importancia de ese momento: la inconciencia de la imagen.
¿La fotografía sería producida para acompañar desde el Ministerio algun informe de lo actuado? ¿Para agasajar a esos profesores? ¿Para que el rector le muestre a su familia sus logros? Enigmas, al menos por ahora. Si corresponde interrogarnos sobre las prácticas fotográficas específicas que tuvieron lugar en un momento dado y que dieron origen a las imágenes, tenemos que decir que estamos ante un pendiente. Los contextos de producción de esa foto son escurridizos. Las referencias más bien tienen que ver con esas y esos profes que están ahí, que antes o después de eso vivieron algunas cosas de las que aún tenemos testimonio. Con esa información es que intentamos completar la escena.
El instante cargado de historias, en este caso, nos hace pensar más en aquellas personas que en aquel momento. La nueva realidad que la imagen produce en la historia es una operación que comienza cuando esa foto se pone a circular junto a un puñado de historias. De reponer dato más específicos, que nos hablen de lo que se buscó con esa foto, ¿podríamos decir que la foto se politizaría y adquiriría un sentido que hoy solo podemos darle especulando? En conclusión, la foto sigue en aquella pequeña oficina del rectorado, con la importancia de una reliquia que espera a sus codificadores. ¿Conseguiremos algún otro dato?